Arte y Espectáculos

Nito Mestre: “Nunca me gustaron las canciones panfletarias”

A propósito de su gira "Canciones de invierno", el músico habló de la estrecha relación con Mar del Plata en su vida personal y artística, los cambios y la felicidad de seguir en la ruta. El artista se presenta este viernes 27 de septiembre en el Teatro Colón.

Su colección de anécdotas es inagotable. Las referencias a Mar del Plata son ineludibles -no por nada su figura y la de Charly están inmortalizadas en pleno centro de la ciudad-.

Nito Mestre vuelve a Mar del Plata, está feliz de hacerlo y así lo compartió en una charla con LA CAPITAL, en la que sumó referencias y detalles a vivencias personales y profesionales, entre ellas una que tiene que ver con el reciente lanzamiento de “La lógica del escorpión” y su relación con Mar del Plata. Y con la vigencia que mantienen muchas de sus canciones. “Nunca me gustaron las canciones panfletarias”, dijo y, esa, es una explicación.

Nito presentará este viernes 27 de septiembre, a las 21.30, en el Teatro Municipal Colón, “Canciones de invierno” uno de los shows con los que está celebrando los 50 años de “Vida” y de “Confesiones de invierno”.

Este espectáculo es “una recreación, con banda completa y sección de vientos, de un show que se hizo una sola vez en el año ’74. Lo vamos a replicar, como aquel, pero ahora estamos tocando bastante mejor (risas)”, contó el músico.

Además, indicó que “también habrá una selección de temas de toda mi carrera, Por Sui Gieco, los Desconocidos de siempre y algunos extra” y que estará como invitado el artista marplatense Salomar.

“En los shows también comparto algunas anécdotas, historias de las canciones, lo que nos pasaba en el momento en que las compusimos, pero sin guión. Va surgiendo espontáneamente y siempre con una dosis de humor”, señaló el emblemático músico en la nota.  Sobre todo, Mestre define los shows como “un festejo con el público”.

“Lo que estoy viviendo en este tiempo que es maravilloso, porque no solamente me acompaña la gente de aquella época, sino pibes jóvenes, a los que interesa ver de qué se trata lo que hacíamos”, reflexionó.

-Tu repertorio toca una fibra nostálgica, pero a la vez, que mantienen vigencia…

-Vos sabés que yo soñaba con eso cuando era pibe. Tenía 18 o 19 años, estaba empezando y decía ‘qué lindo, ojalá que lo que hacemos le guste a muchas generaciones’, como a mí me había volado la cabeza The Beatles. Soñábamos con esas canciones que tienen fundamento, que tienen historia, que tienen mucho recorrido y son para siempre.

-¿Te referís al contenido de los mensajes, sin resignar lo artístico, la poesía?

-Eso es una distinción que desde Sui Generis en adelante ha sido una constante, porque la canción panfletaria o que parece un folleto de venta de algo a mí nunca me gustó. Yo prefiero la canción que llamo el Feng Shui de la música, que vos te metés en el tema y te vas deslizando porque las palabras te llevan, tienen su significado, pero su música, la secuencia de acordes, también te llevan a querer terminar el tema. Y cuando se junta esa combinación, con el tiempo vivido y con la emoción y emocionalidad que uno le pone al tema, hace que trascienda el tiempo y es fantástico. Y es lo que lo diferencia de un tema que tiene miles de reproducciones en unos meses y después, nadie se acuerda.

-No es lo que ha pasado con “Rasguña las piedras” o “Canción para mi muerte”.

-Aún hoy se me acercan pibes a preguntarme “¿cómo hicieron rasguña las piedras?”, pero también preguntan otro tipo de cosas, qué pasaba en ese momento, tratar de revivir un poco la época. Vivimos época de dictadura, de policía, de democracia, de desaparecidos, de que nos prohíban las letras y ahora vivimos otra realidad.

-Desde cómo se promocionaban. Mar del Plata es testigo…

-En aquella época no teníamos redes sociales (risas). Y lo decís por la escultura -la de Nito y Charly García en Rivadavia entre Santa Fe y Corrientes-. Yo elegí la posición, junto con Carlos Benavides -el escultor-, porque era la caminata que hacíamos con Charly, hasta San Luis y volviendo por San Martín. Dábamos toda la vuelta repartiendo volantes, invitando, haciendo publicidad. Nos mostrábamos y conocíamos a quienes supuestamente nos iban a venir a ver. Me acuerdo con mucho cariño de esa época y por eso volver a Mar del Plata tiene ese plus.

-Además de la experiencia, hay canciones que tienen que ver con sus estadías en Mar del Plata…

-Mirá, por ejemplo, ahora que Charly lanzó La lógica del escorpión. En ese disco tiene una versión de “Te recuerdo invierno”, una canción que cantamos por primera vez en Mar del Plata, antes de La Comedia -teatro en el que solían presentarse-, antes de Canción para mi muerte. Fue en la casa de un amigo, a la vuelta de lo de mi hermana, por la zona del Peralta Ramos. Y es una canción muy especial. Charly también siempre hace referencia a este pasado adolescente que siempre tenemos presente.

-Llama la atención esa canción porque siempre se dice que los adolescentes no piensan mucho en el futuro o no se preocupan y esa letra…

-Es que en esa época, por ejemplo, yo ya había perdido a mi papá, el futuro ya era bastante incierto en el país, Charly también estaba con problemas en su casa, en su familia, y nos planteábamos qué hacer, en un país muy cambiante, éramos adolescentes pero ya había habido dos golpes, no es que habíamos nacido en Suiza y era todo siempre igual. Y encima estaba en ese momento que pensás ‘¿qué hago de mi vida?’. Iba a estudiar medicina y me gustaba la música, pero los test me daban que tenía que ser publicista y no tenía un mango y ‘¿si voy a laburar? ¿pero de qué?’. Vivíamos en una época difícil, había mucha consciencia de que había riesgos, inestabilidad, incertidumbre y estábamos en el colegio que nos enseñaba con valores tan distintos a los nuestros. De ahí salió mucho de nuestra rebeldía. Por suerte los tiempos cambian y luego pude volver a la escuela y cantar, con estudiantes de la misma escuela que tienen una banda.

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